"¡Dios mío!"
UN CLAMOR DEL ALMA EN BUSCA DE DIOS
“Dios mío” es una expresión que usó el poeta David en los Salmos en reiteradas ocasiones para pedir ayuda a Dios. Es una manera directa y sencilla de acercarse a Él en cualquier situación de necesidad, incluso en profunda aflicción y angustia. Es una frase que puede ser el comienzo de una oración, un clamor del alma en busca de Dios.
Si bien es cierto que actualmente se ha extendido como una expresión que usamos con frecuencia en momentos de asombro, enojo, conmoción o emergencia, es en esencia una forma de recurrir a quien es mayor que nosotros, a quien verdaderamente puede ayudarnos en todos los aspectos de nuestra vida, aún en lo más íntimo de nuestro ser.


Así lo hacía David:
El salmos 63 es un clamor que surgió cuando David estaba en el desierto y expresa que el alma humana necesita a Dios, el único que puede llenar nuestros vacíos, el único que puede saciar nuestra sed interior. Si acudimos a Él, infaliblemente encontraremos satisfacción, amparo, esperanza, auxilio y descanso en lo más profundo de nuestro ser.





el que busca,encuentra
Agua para la sed
del alma
Al igual que el agua es esencial para la vida física, necesitamos una fuente de agua de vida que pueda saciar la sed del alma. Esa agua existe, es el agua que Jesús da. Tiene el poder para renovar, limpiar y transformar a la persona que cree en Él. Jesús es la única fuente de sustento y consuelo para todos los que lo buscan. En él se encuentra la verdadera paz, felicidad y plenitud del alma y espíritu.
Descubre qué dice la Biblia sobre éL
Sólo en Jesús

AGUA VIVA
Jesús se ofrece a sí mismo como el "agua viva", prometiendo que quien beba de ella no tendrá sed jamás y se convertirá en una fuente de vida eterna (Juan 4).

RÍOS
Jesús hace una invitación para que quienes tengan sed vengan a Él y beban, de cuyo interior correrán ríos de agua viva
(Juan 7).

VIDA ABUNDANTE
Existe un río de agua de vida que sale del trono de Dios y del Cordero, un río de sanidad, multiplicación y vida abundante (Apocalipsis 22).
expresar en palabras
En este espacio queremos continuar con la tarea que inició David: expresar y escribir.

Poner en palabras
Necesitamos poner en palabras aquellas experiencias de necesidad o gratitud, de alegría o tristeza, de momentos altos y momentos bajos, vivencias en las cuales exclamamos… “¡ Dios mío, ayúdame!”.
Poner en palabras lo que experimentamos día a día, en pequeñas o grandes cosas, se convierte en un bálsamo que ayudará no solo a quien pueda expresar lo que siente, sino también a quien lo lea.
¡TE INVITAMOS A ESCRIBIR!
CAMINAR CON DIOS ES ALGO QUE SE COMPARTE.

tu propia historia
Por supuesto, tienes mucho para contar. Todos tenemos una historia, y dentro de ella, múltiples anécdotas y maneras en las que tratamos de relacionarnos con Dios.
Sacar a luz
Proclamar es publicar, anunciar, contar a otros y sacar a luz lo que llevamos dentro.
Contar a otros
Sé intencional en contar sobre Dios, sus maravillas, sus pequeños o grandes milagros, sus cualidades, su forma de amarnos, de sostenernos; de levantarnos.
Sinceridad
Se trata de ser completamente honesto y abrir tu corazón, incluso cuando pasamos por momentos donde Dios nos mantiene en una espera o sentimos su silencio en un valle o un desierto.
¿Cómo responderás?
una invitación de Dios
Es una invitación de parte de Dios mismo.
Al hacerlo, estarás escribiendo sobre su amor fiel y la verdad con la llama de la fe
“En las tablas del corazón” (ver PROV. 3:3 RVC).
COMUNIDAD



UNA CARTA DE DIOS
(2 Cor. 3:3 DHH).